La maldición de los cristales
La misión comienza al acabar Un mundo injusto, sigue nuestra guía y pon rumbo a Cabeza del Dragón, el cristal madre de Oriflamme.
Avanza por el único camino que hay junto a Jill y Cid. Baja las escaleras de la izquierda y abre la puerta para encontrar un cofre con 800 guiles (serán más si equipas un accesorio que aumente los guiles obtenidos).
Sigue hasta llegar a un comedor donde te esperan varios enemigos imperiales. Una vez derrotados rompe unos tablones para continuar hasta unas vías donde te espera más de lo mismo. Al derrotar a este último grupo aparecerá el primer jefe: Artillero imperial
Pese a su tamaño no es el típico enemigo grandullón y lento, cuenta con una serie de ataques un tanto diferentes a los que suelen tener este tipo de enemigos.
El primero de ellos es Explosión telúrica, un ataque frontal sencillo de esquivar.
Cuando cargue el cañón aléjate tan rápido como sea posible, puede usar un lanzallamas que va hacia ti o bien lanzará una explosión contra el suelo.
Mientras te mantengas a corta distancia usará 2 combos sencillos de 2 golpes cada uno que son fáciles de evitar.
Probablemente en cuanto lo dejes vulnerable caerá, sino solo insiste un poco más para ver una escena y pasar a la segunda fase del combate, donde el artillero se habrá recuperado completamente.
Ahora es más fuerte y cuenta con nuevos ataques, el principal y más peligroso es Embestida artillera, que en realidad son 2 embestidas seguidas que debes esquivar.
Ahora la Explosión telúrica añade también unas grietas explosivas por los alrededores, y su combo básico es de 3 golpes.
Después de dejarlo vulnerable añadirá un nuevo ataque, Cañón machacador, un golpe de área sencillo de esquivar.
Tras derrotarlo recibirás entre otras cosas el accesorio Merced de las llamas (Ignición).
Móntate al ascensor y baja para continuar por las Minas de cristal. A la derecha de la entrada del túnel hay un cofre con 1 meteorito.
Avanza eliminando enemigos y recogiendo objetos. Te avisarán de los enemigos que hagan el grito de guerra, con el cual aumentarán su ataque y debes priorizar acabar con ellos.
Ve a la izquierda y rompe los tablones para continuar, donde te esperan más enemigos. Abre el cofre cerca de la salida del túnel y pasa por debajo de unas rocas.
Si vas a la derecha verás el otro lado de la verja donde luchaste antes y podrás abrir otro cofre que contiene 10 fragmentos de belicita.
Sigue avanzando por el túnel hasta que llegues a una reja metálica. Antes de cruzarla abre el cofre que contiene una Espada coralina.
Pasa por ella y sigue por la Galería de Grégora mientras vas derrotando varios espíritus y un Lich por el camino. Llegarán a una zona grande donde te estará esperando el Dragón akásico.
Al igual que sucede con otros enemigos grandes, te aconsejamos pegarte a él y atacarle a las patas.
Tanto cuando se aleja como cuando vuela te lanzará unas bolas de fuego muy fáciles de esquivar.
Cuando lanza un rayo láser debes tener cuidado con el rastro que deja en el suelo ya que explotará.
En cuanto a los ataques cuerpo a cuerpo tiene varios: un zarpazo que se ve venir muy sencillo de esquivar. Un par de ataques con el ala, uno circular con el ala izquierda muy simple, y el otro en el que clava el ala en el suelo antes de golpearte con ella. También tiene un ataque de salto y un mordisco bastante rápido.
Entre tanto ataque irás bajándole la vida aprovechando que es un poco lento, hasta que consigas que se quede en vulnerable.
Una vez que se recupere podrá usar un nuevo ataque, Piroaliento, con el que se pondrá a volar echando fuego en zigzag, por lo que debes colocarte en algún punto en el que no te afecte.
También hará algún ataque nuevo desde tierra con el ala, y alguno desde el aire.
Sigue como hasta ahora y dejalo en vulnerable por segunda vez. Al recuperarse en esta ocasión es cuando se complica el combate.
Ahora lanzará varios proyectiles de fuego seguidos de unos rayos láser que explotan que termina con una embestida. Si consigues hacerle una esquiva perfecta en el último memento debes aprovechar para atacarle.
Ya es cuestión de tiempo que lo derrotes.
Abre la puerta del fondo y sube las escaleras, a la izquierda deberías ver un cofre. Pasa a la zona del Santuario para ver una escena y comenzar otro enfrentamiento contra otro jefe: Tifeo.
Derrota unas rondas de enemigos normales mientras esquivas los rayos y ataques del jefe.
Cuando se libere tendras una secuencia con una esquiva certera, y empezará la segunda fase del combate en la que controlarás a Ifrit de una forma muy similar a Clive con sus combos y todo.
Destacamos el ataque Salmo incesante en el que Tifeo crea un gran área en el suelo del que debes salir utilizando la embestida escarlata hacia uno de los lados usando el botón círculo.
Sus ataques básicos son lentos y puedes realizar esquivas perfectas para contraatacarle.
Tras hacerle suficiente daño verás una escena y pasarás a la siguiente fase, en la que comenzará usando rayos en varias direcciones que deberás esquivar.
Con el Salmo incesante ahora convocará más de un círculo, pero sigue siendo fácilmente esquivable usando la embestida hacia uno de los lados más libres.
Usará Muro demoníaco, generando unas enormes paredes con unas aperturas por las que deberás pasar para evitar recibir daño.
Otro ataque que utilizará ahora es Katakekaumene, nada serio después de todo lo que ha hecho ya.
Tras dejarlo vulnerable tocará una escena interactiva con distintos movimientos: esquivar, pulsar repetidamente cuadrado, volver a esquivar y por último pulsar repetidamente el cuadrado.
Al derrotarlo recibirás el trofeo Desacato y podrás pasar a la misión Cid el Infame.